Con el paso del tiempo, nosotros, como consumidores, demandamos cada vez más a las marcas. Queremos novedad, buscamos innovación y máxima distinción. Nuestras creencias van variando, pues constantemente nos replanteamos nuestros gustos y necesidades, y modificamos nuestros hábitos, costumbres e ideas.
Es por ello que las marcas han de estar constantemente adaptándose a ello e identificando nuevas oportunidades para generar valor. Su principal objetivo es que su target se sienta identificado con sus empresas, por lo que es importante que esta se adapte a todas estas nuevas necesidades cada vez más exigente y demandadora de novedad.
La realidad es que construir una marca que tenga éxito no es nada sencillo. Y menos proporcionar a tu público ese toque de distinción, ese valor añadido que te diferencia de la competencia. Podemos decir que romper el mercado, dar el cante, sobresalir, requiere de mucho esfuerzo, constancia, creatividad y, sobretodo, disposición, atrevimiento y curiosidad por parte de las marcas.
¿En qué consiste el branding disruptivo?
El branding de toda la vida consiste básicamente en construir una marca con el objetivo de hacerla conocida. Para ello, esta debe generar una imagen atractiva y positiva dentro de los consumidores, construyendo acciones relacionadas con los valores de marca e influyendo así a los usuarios en sus decisiones de compra.
Sin embargo, con el paso del tiempo y el gran auge de la competencia en el mercado, cada vez más marcas se plantean la forma y los medios para destacar frente a sus competidores y ganar en la carrera de captación de clientes. Muchas ya se han dado cuenta de que ser flexibles, atrevidas y adaptables supone todo un plus. Romper con lo de siempre, aportar innovación e ir más allá de lo evidente es ahora un must para triunfar en el mercado.
Es aquí donde introducimos el concepto de branding disruptivo, que básicamente consiste en ello. En ir un paso más allá en comparación con los demás. Busca hacer las cosas de forma diferente, eficiente, rentable y económica, tomando siempre la experiencia del propio cliente como referencia.
¿Qué objetivos persigue?
El principal objetivo que esta estrategia persigue es comprender a la industria y sus necesidades. Es importante saber en qué punto se encuentra el consumidor, para poder impactarle en el momento adecuado y de la manera adecuada, llevándole hacia lo nuevo, original y diferente. Básicamente, comprender dónde está la marca, el mercado y la demanda de los consumidores, para así escucharles y marcar la diferencia con ofertas interesantes para ellos.
Por otro lado, como ya hemos comentado, la estrategia se basa en marcar la diferencia en la vida de los consumidores. No solo se trata de ofrecer una excelente calidad o una amplia variedad en el catálogo de productos, sino de aportar valor añadido, un plus que te haga único. Aquí la inteligencia emocional juega un papel clave. Mediante esta estrategia, no se trata tanto de emplear la tecnología para comunicar, sino apostar más por el comportamiento, el diseño y la psicología.
Tres tipos de estrategias: Convertir los desafíos en grandes oportunidades
Dependiendo del objetivo que la empresa persiga, existen diferentes tipos de estrategias de branding disruptivo. Eso sí, no debemos olvidar en ninguno de ellos que el consumidor se ha vuelto cada vez más resistente a todo tipo de publicidad, por lo que es importante perseguir siempre la diferencia para no pasar desapercibidos ante sus ojos.
Disrupción de marca
Esto, básicamente, se refiere a dar un giro inesperado a la identidad o imagen de una marca. Imagínate que Apple cambiara su logo de la manzana por una pera, o que Coca-Cola ahora pasara a incluir el verde y el morado como sus dos colores corporativos.
Un cambio radical, y arriesgado. ¿Verdad? Sin duda, la imagen de marca es el punto de conexión con el consumidor, por lo que cualquier cambio en el que esta esté implicada, dejará huella. Por ello es importante respetar la historia de la marca y, si se va a implementar un cambio de este peso, tener en cuenta, antes de nada, los posibles pros y contras.
Disrupción por precios
Una venta por liquidación o una oferta especial como remate, por ejemplo. Hacer ruido con reducciones de precio puede parecer a primera vista una gran idea y noticia para los consumidores. Sin embargo, esta estrategia también trae consigo múltiples riesgos. Es por esto que se debe planear muy minuciosamente y teniendo en cuenta diferentes factores, así como el inventario disponible, la distribución, la capacidad de venta…
Disrupción por medios
Los medios de comunicación tradicionales ya han quedado obsoletos. Ahora, sin lugar a dudas, la mejor forma de comunicar los productos o servicios de una marca, es por medio de canales digitales. Las RRSS, el marketing de contenidos, los podcasts, los vídeos, etc. permiten transmitir todas esas ideas disruptivas y llegar a un mayor número de personas.
En definitiva, como cualquier decisión que implique riesgo, implementar una estrategia de marketing disruptivo puede dar o no frutos. Pero, quien no arriesga, no gana. El primer paso es obtener todos los datos necesarios de la compañía a todos los niveles, para después comprender lo relacionado con el target al que te diriges. Finalmente, desarrollar la estrategia que cubra tanto los canales offline, como los online. Todo ello, siendo la creatividad la principal protagonista.